Un día partiré,
Dejando atrás un rastro de lágrimas,
De esperanzas y sueños truncados,
De puñales clavados por la espalda,
De traición reiterada
Y soledad que se siente en el alma.
Nadie recordará que mis ojos lloraban,
Pues mis lágrimas solo en soledad
Fueron derramadas.
Partiré de repente, sin aviso,
Una mañana cualquiera,
Una tarde bella o una oscura noche,
Dejando nada,
Solo retazos de mi alma
Enterrados en el suelo que me vio nacer
Y me vera partir.
Recogeré mis pocas posesiones verdaderas,
Varias hojas escritas con sangre de mis venas
Y jamás regresare,
Y jamás preguntaran por qué me fui,
Ni siquiera se darán cuenta que falta
Una piedra, yo, en mi habitación…

Alonso Celina Susana
22/04/06 19.39 hs.
Las Heras.

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