No hay tropiezo en mi vida
Que no signifique irremediablemente una caída,
No hay puñal que no deje herida,
Ni herida que no deje cicatriz.
No hay soledad más terrible
Que saberse acompañado solo por las sombras,
Ni tristeza más honda
Que la atrición del amor.
No hay lágrima que no llore a escondidas,
Ni sonrisa que no se careta de mi vida.
Voy caminando el sendero del fracaso propio y ajeno,
Aquel que te gravan a fuego en el corazón
Y aquel que marca el dolor de sentirse en soledad eterna.
A veces quisiera ser piedra, ser roca o arena,
Que no siente, que no ama ni sufre,
Pero dios me ha hecho humana,
Con sentimientos que por poco me matan,
Con tan escasa felicidad en mi vida
Que hasta las lágrimas se confunden con sonrisas.


Alonso Celina Susana

Las Heras (Santa Cruz)

No hay comentarios: